He oído contar la historia
de un antiguo y majestuoso árbol,
cuyas ramas se extendían hacia el
cielo.
Al llegar la estación de
las flores,
mariposas de todas las formas,
tamaños y colores,
bailaban a su alrededor.
Las aves de países lejanos
se le acercaban y cantaban
cuando florecía y daba frutos.
Las ramas,
como manos extendidas,
bendecían a todos los que acudían a sentarse
bajo su sombra.
Un niñito solía venir a jugar
junto a él
y el gran árbol se encariñó con el pequeño.
El amor entre lo grande y lo pequeño
es posible,
si el grande no es consciente de su grandeza.
El árbol no sabía que era grande,
sólo el hombre es consciente de eso.
La prioridad de lo grande siempre es el ego,
pero para el amor
nadie es grande o pequeño.
El amor abraza a quienquiera que se le acerque. Así, el árbol comenzó a sentir amor hacia
ese pequeño que solía ir
a jugar cerca de él.
Sus ramas eran altas,
pero las inclinaba hacia el niño,
de modo que pudiera recoger
sus flores y sus frutos.
El amor siempre cede;
el ego nunca esta dispuesto a inclinarse.
Si te acercas al ego, sus
ramas se estirarán aún más hacia lo alto;
se pondrá rígido
para que no puedas alcanzarlo.
de un antiguo y majestuoso árbol,
cuyas ramas se extendían hacia el
cielo.
Al llegar la estación de
las flores,
mariposas de todas las formas,
tamaños y colores,
bailaban a su alrededor.
Las aves de países lejanos
se le acercaban y cantaban
cuando florecía y daba frutos.
Las ramas,
como manos extendidas,
bendecían a todos los que acudían a sentarse
bajo su sombra.
Un niñito solía venir a jugar
junto a él
y el gran árbol se encariñó con el pequeño.
El amor entre lo grande y lo pequeño
es posible,
si el grande no es consciente de su grandeza.
El árbol no sabía que era grande,
sólo el hombre es consciente de eso.
La prioridad de lo grande siempre es el ego,
pero para el amor
nadie es grande o pequeño.
El amor abraza a quienquiera que se le acerque. Así, el árbol comenzó a sentir amor hacia
ese pequeño que solía ir
a jugar cerca de él.
Sus ramas eran altas,
pero las inclinaba hacia el niño,
de modo que pudiera recoger
sus flores y sus frutos.
El amor siempre cede;
el ego nunca esta dispuesto a inclinarse.
Si te acercas al ego, sus
ramas se estirarán aún más hacia lo alto;
se pondrá rígido
para que no puedas alcanzarlo.
9 Huellas:
Mi querida Paty, te he dejado en Agualuna, un regalo en agradecimiento.
Besitos y buen comienzo de semana.
Agualuna
Hola Interior:
Preciosísima historia para hablar del ego y una de sus facetas.
Me ha encantado.
Un beso.
¡Cuanta verdad hay en este texto querida Patry!
Me encantò este post.
Besitos♥
Yo también creo que el amor y la compasión nos acerca a los demás porque nos ayudan a ser más comprensivos y humanos y, en cambio, el ego nos aleja pues el ego siempre pide más y más, nunca está contento. Me alegra muchísimo tu retorno. Te estaba echando mucho de menos. Sabes que me encantan tus blogs y que nunca me pierdo ni un sólo post ya que tus escritos están llenos de ternura y de sabiduría. Una sabiduría que nutre el alma de los que tenemos la dicha de visitarte.
muy lindo relato aunque no estoy de acuerdo en q el/los niño/s sean pequeños,son la GRANDEZA,uno empieza a empequeñecer cuando crece.
un beso
cambie el enlace, Besos
Una gran lección la de aquel árbol. El amor no entiende de tamaños.
Un beso.
Mi querida Paty , hoy he vuelto a este mundo lleno de gratos momentos, y de gente tan maravillosa y cariñosa como tú y tal como les había contado, con un nuevo blog : http://www.susanaveracruz-arteydiseno.blogspot.com/
Te hago con todo mi cariño amiga mía la invitación, y así me acompañes en este nuevo emprendimiento en el que he puesto todas mis ganas y del cual espero lo mejor hacia el futuro.
Te dejo un besito enorme , todo mi cariño de siempre y mis infinitas gracias por tus palabras, tu energìa y tu presencia amiga.
Susana ( Agualuna)
Que hermoso amiga.
Besos desde los tiempos
Susana-Agualuna
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